lunes, 16 de febrero de 2009

Viva el Perú ,carajo!!!

Nunca he sido un fanático de las fiestas patrias, me gustaban esas fechas porque me daban vacaciones y una gratificación. Pero cuando se esta lejos uno se vuelve melancólico y más patriota que nunca. Asi que para las fiestas patrias decidi asistir a la Peruvian Parade en New Jersey. Hice un cambio con uno de mis cuates mexicanos para faltar a la chamba. Al principio él no queria pero le dije que iba a encontrarme con mis paisanos, me miró y me dijo así es al principio luego se te olvidará cuando son fiestas patrias.

Tomé el bus en el Port Authority. En el habían otros peruanos con sus polos de la selección peruana. Otros con polos donde una llama le escupe a un español. Todos iban bien animados. Me animé también. Bajamos en Union City, habia un pasacalle de danzas peruanas. Me animé aun más. Vi danzas negras,marinera, luego, y ahi me emocioné más, vi caporales. Había un bloque de caporales. Se me vinieron a mi mente las miles de veces que baile en Perú caporales. Se me vino a la mente Puno y su Candelaria, los Centralistas, Brisas, me emocioné bastante. Queria bailar con ellos.

Era la hora del almuerzo y muchos peruanos hacian cola en una cebicheria. Espero con ellos, ese día me sentía mas peruano que nunca. Que gusto me daba escuchar mis jergas en otras personas. Cuando entré al restaurante se sentía como en la cebicheria cerca a mi casa en La Victoria. Veía pasar las fuentes de cebiche y sudados, se me hacia agua la boca. Me pedí un cebiche, un chicharrón de calamar y una Cuzqueña. Por ese precio hubiera comido toda mi familia dos días en Lima. En fin , no importa, hoy día no importaba. Acabé,pagué, casi olvido dejar propina, salí para ver el pasacalle. Me dijeron que el pasacalle acaba en Patterson. Fui caminando con muchos otros peruanos. En el camino, las botellas de inca kola en el suelo me decian por donde ir.

Mientras mas me acercaba, mas me hacia recordar Lima. Las calles estaban llenas de banderas peruanas. Todos hablaban español. habian anticucheras en las calles. Llegué a una especie de estacionamiento donde habian stands de comida y artesanias peruana. En la noche se presentaria un grupo de musica que en mi vida habia escuchado. Habia que pagar 30 dolares para escucharlos. Én los parlantes se escuchaba salsa y la gente bailaba con su lata cuzqueña de 4 dolares en la mano. Yo comía mi choclo con bastante ají en una esquina con mi chela en lata. La música seguia sonando, temas de Hector Lavoe, la Sonora Ponceña, la Camaguey, Eva Ayllon, etc. Todos parecían estar felices. Más chelas, más música, más baile achorado.

Los parlantes eran de mala calidad y el sonido era de chirriante. Ya no podía escuchar a la gente. Tenía un six pack en mi cabeza. Ya no me sentía feliz ahi. Queria comprar otro six pack para escuchar menos y ver menos. Estaba lejos de casa. No importa. 24 dolares menos en mi bolsillo y más alcohol en mi cabeza. Me di cuenta que extrañaba Lima pero no todo. Odiaba estar en lugares asi en Lima. Otra vez la misma cancion de Eva Ayllon. Mejor me largo. En la salida me sellaron la mano por si regresaba. Me senté en la acera para terminar mi chela. Mis oidos me zumbaban. Del mismo lugar salían algunos borrachos que a las justas caminaban ayudados por sus compinches. Las calles estaban llenas de botellas y latas, tambien corontas de choclo y palitos de anticuchos.

Camine hacia el paradero del bus, en todos lados había fiesta, menos en mí. Ya en Manhattan me sentí más aliviado, lejos de todo el bullicio. Tome el subway a casa, la gente se alejaba, no podia evitar el aliento alcoholico.

Al otro día, en mi chamba , el cuate mexicano me pregunto que tal estuvo el día. Le conté que estuvo bien chevere, hubo danzas ,riquisima comida peruana, chicas hermosas , chelas a monton , pero el proximo año no voy a ir.