martes, 23 de septiembre de 2008

Welcome to US ,sir

Cuando salí de Lima estaba muy emocionado. Fueron a despedirme mi mamá y mis hermanos Erika y Mirko. Nos tomamos fotos en la sala de mi casa, en la puerta del aeropuerto, en la cola para hacer el check-in, en el restaurante del aeropuerto y por supuesto al entrar a la zona de embarque. Recuerdo haber visto a mi mamá y mi hermana aguantándose las lagrimas. Aguanté mis lágrimas también.

Había viajado antes a otros lugares pero por alguna razón este viaje era diferente. Esta vez no me iba de turista, ni tampoco tenía fecha de retorno. Mi familia y yo lo sabíamos. En realidad no tenía ningún plan seguro. Solo tenía en mente que debía pagar un préstamo que tenía con el banco. Tenía en el bolsillo menos de 200 dólares. Con esa plata me iba. Nadie mas que yo sabía la situación en la que estaba. A todos les dije que quería tomarme un tiempo para pensar y de paso hacer un poco de dinero. Pero mi realidad era otra. Le debía al banco y estaba sin trabajo ya casi un mes. La liquidación de mi último trabajo más el préstamo lo usé para pagar una operación de mi madre. Tenía que pagar las letras al banco y en un arranque de desesperación compré mi pasaje para NYC. Lo decidí en un minuto, en una conversación con mi amigo Tim. Decidimos viajar juntos. Él tenía que regresar y yo…bueno tenía que ir.

Mientras viajaba en el taxi para el aeropuerto pensaba en si regresaría. Una parte de mi me decía que sí y otra que no. Miraba a mi familia y contenía el llanto. Hacia bromas para yo mismo reírme y no llorar. Les daba encargos de último momento para no pensar en lo que me esperaba. Mi hermana metió 100 dólares a mi bolsillo cuando bajamos del taxi en el aeropuerto, por si acaso se te antoje una hamburguesa con tu Coca Cola en los yunaites. Ella no sabe hasta ahora cuanto me ayudó esa plata.

En el aeropuerto me encontré con Tim.Un amigo americano que conocí en la universidad. Me había ofrecido ayudarme a conseguir trabajo en NYC o en su pueblo Charlottesville, Virginia. Nuestro vuelo tuvo 4 escalas. En cada escala me pedían el pasaporte para ver si mi visa era verdadera. También revisaban mi equipaje de mano supongo para ver si llevo drogas. En cada escala pensaba que me iban a regresar por no tener dinero suficiente para hacer turismo. Hasta que por fin llegamos a los yunaites. Era de noche y el JFK estaba atiborrado de gente. Esperábamos nuestro equipaje. Lo primero que impresiona y atemoriza son los controles extremos del aeropuerto. Me hicieron sacar los zapatos, me tomaron foto, me hicieron pasar por varios detectores de metales, un policía negro y gordo se me acercó y me sacó de la fila. Me hizo varias preguntas. Tenía un tono de voz muy amigable, incluso se presentó como Richard , but you can call me Richie . Me dijo muy amigablemente que sabía que en mi vuelo había personas que llevaban drogas. Me preguntó si yo sabía algo. Le dije que no, que nadie me ha confesado llevar droga pero si me enteraba de algo se lo decía. El reía un poco. Se acercó un policía puertorriqueño, tal vez no entendió mi inglés. Ya en español me preguntaron si llevaba drogas y les dije que no. Luego de revisar mis maletas me dejaron ir.

Tim me esperaba en la zona de migraciones. Mientras caminaba hacia las ventanillas veía como algunas personas contaban su dinero delante del tipo de migraciones. Trataba de mantenerme sereno. Tim pasó primero. Luego me tocaba. El tipo de migraciones me preguntó cual era la razón de mi viaje. Le dije que quería hacer turismo en NYC y luego ir una semana a Charlottesville. Me miró fijamente a los ojos. Pensé que me haría mostrar la plata que llevaba pero no lo hizo. Me devolvió mi pasaporte, welcome to US sir. En ese momento interiormente di un suspiro tremendo. Solo quería salir del aeropuerto para poder estar seguro que ya estaba dentro de US.
La hermana de Tim nos recogió. Dormimos en el departamento de ella. Esa noche ya en la cama mi mente estaba en Lima. No sabía qué me esperaba, no sabía qué iba hacer, ni hasta cuando, ni tampoco tenía planes de regreso. No tenía nada.