martes, 20 de mayo de 2008

El Dishwasher


A veces pienso que estoy soñando por estar Nueva York. Había logrado lo que muchos quieren en países tercermundistas como el mío. Se supone que debo “trabajar como negro en USA para regresar a mi Perú y vivir como blanco”. Es lo que muchos hacen. Pero no es mi caso. En un mes he pasado por 4 trabajos: 1 de lavaplatos, 2 de reponedor en un market y 1 de busboy. No me siento cómodo en ninguno de ellos. Lavaplatos es tal vez lo peor que uno puede hacer. Siempre puedes conseguir ese trabajo, pues la mayoría renuncia al poco tiempo de conseguirlo. Mi primer día como lavaplatos mis manos se rajaron y se formaron “lenguas”en mis palmas por lo humedecidas que estaban. Me dieron el trabajo apenas pregunté en el restaurante. ¿Qué tan difícil puede ser lavar los trastes de comida?, he hecho eso en mi casa, pensé. El manager, un uruguayo gordo y pedante, me dijo sonriendo que el laburo era fácil ya que tenían maquina para lavar platos, sólo vas a lavar las sartenes y poner las cosas en su sitio. Ah, eso si peruchito, si te vas antes de la semana no hay paga. En ese momento , pensé que tenia suerte y me alegre, acepté empezar ese día. A la media hora de estar restregando sartenes la alegría desapareció. A las dos horas mis manos estaban con ampollas. Las sartenes se me acumulaban en el lavadero. Los cocineros, mexicanos todos, las tiraban desde lejos y gritaban necesito la pinche sartén de metal, express time[1]. A la mitad del turno, tuve un break para comer. Miré mis manos y estaban entumecidas y arrugadas. Mi ropa olía a detergente, estaba completamente mojado y lleno de grasa. Justo ese día se me ocurre ponerme polo blanco.

Comí en 5 minutos para terminar de lavar las sartenes. Todos me miraban y se daban cuenta de lo nuevo que era. Uno de ellos me dijo todos empezamos así. Otro me dijo recién llegaste a USA, se nota. Fermin, un mexicano con 10 años de experiencia en la cocina, era el mas antiguo de todos, repartía las tareas y coordinaba los platos del día junto con el chef. Burlándose de mi ordenó a Salvador el otro dishwasher que me enseñara como lavar. Salvador, tenía varios años como dishwasher pero poco tiempo en ese restaurante, me dijo que lavara más rápido pues al día siguiente era su descanso y estaría solo haciendo el trabajo de los dos, además si te ve el italiano(el chef).

Ese día fue uno de los más largos de mi vida. Salvador terminó de lavar su mitad de las sartenes y se fue. Los demás mexicanos también se fueron. Estaba solo con dos torres de sartenes grasosas. Tenia sed, hambre y sueño. Llegó el pora, persona que limpia la cocina cuando el restaurante cierra. Eran las 2 de la mañana y falta ahora solo una torre. El pora me ve, se compadece, me ayuda, me invita comida que los comensales dejaron en los platos, tomamos vino tinto de las botellas abiertas y copas semillenas. Éramos por un momento los comensales de ese restaurante. Solo que todo era selfservice y gratis. Ese dia habrémos comido platos y bebido vinos por un valor que no podríamos pagar con nuestros sueldos. Ese fue un buen día.

[1] En el mundo de los restaurantes se suelen usar ciertas jergas para agilizar las cosas. En este teníamos unas 3 que siempre usabamos, express time significa que se tiene que hacer ya mismo , en el acto. Anytime, significa que el pedido puede esperar pero se debe ir preparando. Hot plate, significa que estes atento, también significa permiso, mira lo que esta pasando, cuidado o puede significar también que el chef o algún jefe esta viniendo.